Los griegos y los romanos fueron los pioneros en el arte de construir piscinas destinadas a la preparación física y a los deportes náuticos. La introducción en los espacios privados se dio gracias a los emperadores romanos, quienes llegaron incluso a utilizarlas para criar peces. Actualmente, el uso de las piscinas se ha ampliado y enriquecido, no solo como un modo de refrescarse y hacer ejercicio en el hogar, sino también como un elemento arquitectónico de lujo capaz de transformar los ambientes y de crear perspectivas novedosas añadiendo nuevas dimensiones a las viviendas. El diseño de las piscinas ha presentado cambios a través del surgimiento de diversas tendencias que van desde las instalaciones más elaboradas hasta los estilos rústicos, pasando por estructuras minimalistas y diseños de vanguardia.

Las piscinas usualmente se encuentran al aire libre, y están rodeadas de zonas verdes, jardines o plantas decorativas, lo que representa un ecosistema donde insectos, animales pequeños, hojas caídas y seres humanos conviven. Dicho ambiente representa un problema, ya que no es agradable usar una piscina en la que se ven sucios flotando, con insectos molestos, agua turbia o incluso de color verde debido a la acción de las algas. Por esta razón, destacamos la importancia de tener un equipamiento adecuado junto con un sistema de filtración efectivo, que permitirá disfrutarla con la mayor seguridad.