La turbidez puede definirse como la pérdida de transparencia en un líquido. Esto ocurre debido a la presencia de partículas no disueltas de material distinto al propio líquido. Estas partículas quedan suspendidas y no podemos verlas de forma individual. En el análisis de agua, la turbidez es un indicador importante de calidad.
Las partículas que contribuyen al aumento de la turbidez en el agua pueden ser de origen orgánico como algas, fitoplancton y bacterias; o de naturaleza inorgánica como arcillas, lodo y minerales.
El incremento de la turbidez tiene un efecto negativo en la salud general y calidad de un cuerpo de agua, así como en los procesos de tratamiento para el suministro de agua potable:
Turbidimetría: cuantifica la atenuación de un haz de luz de intensidad conocida cuando se hace pasar a través de la muestra.
Nefelometría: cuantifica el grado de dispersión de un haz de luz de intensidad conocida que se hace pasar a través de la muestra, medida a un ángulo de 90˚.
En general, la turbidimetría es más adecuada para muestras con grandes niveles de turbidez, donde las partículas en suspensión son más grandes (aguas naturales); mientras que la nefelometría es más adecuada para medios de turbidez más baja en los que las partículas en suspensión son pequeñas (agua filtrada, agua potable).
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